CAMPEONATOS GANADOS

1979 – La Primera Estrella: 1979 ´aquel 19’




¡Campeón!. Y había que estar debajo de la piel de los americanos para sentir la emoción incomparable de ver la más anhelada, esperada y siempre postergada vuelta olímpica.
¡Campeón!. Cincuenta mil personas apretujadas y angustiadas, masticando el penal que desperdicio Aurelio Jose Pascuttini el domingo en Bogotá, convirtieron las tribunas en un volcán de alegría. Pólvora, tronantes, colorido, música para una fiesta que difícilmente olvidaremos quienes participamos de ella.

1982 – La Segunda Estrella: un título en frío

Nadie creía en el triunfo total en ese domingo gris y bogotano. El Doctor Gabriel Ochoa Uribe sólo pensaba en ganarle a Millonarios para mantener la ventaja. La noche del sábado se organizó un baile de colegio en un recinto adyacente del hotel Dann Colonial y el ruido no permitía dormir. Temprano Ochoa ya salía para misa. Después lo hicieron otros jugadores. Hacia el mediodía muchos hinchas merodeaban por el hall en busca de boletas.
Pasadas la dos y media de la tarde el equipo salió para el Estadio ‘El Campín’ en un bus destartalado que le cedió Millonarios. Al llegar se vio a El Duende y todo el mundo se preocupó por su suerte. El Doctor Ochoa preguntó si estaba borracho, Alvaro Guerrero le regaló la boleta. Entraron al camerino y el presidente Pepino San Giovanni les deseó suerte. Los directivos fueron en busca del palco de la Dimayor. Todos tenían aungurios para la suerte: que el estadio no estuviera lleno y que la lluvia no fuera inminente. Ambos se me cumplían. América contaba con el respaldo de los caleños que viven en Bogotá, localizados en oriental, y las barras que habían ido enbuses, que ocuparon la parte occidental.

1983 – La Tercera Estrella: Campeón para mucho rato
Este año América logró uno de los objetivos que se trazó al comenzar la temporada de 1983: retener el titulo. El otro era ganar la copa libertadores o cuando menos llegar a la instancia final. Este último se escapó por esos avatares que tiene el fútbol. Pero en América hay campeón para mucho rato.
Considerado como un cuadro ultradefensivo, América figuró este año con asiduidad en los arcos contrarios, entre Willington Ortiz y Juan Manuel Battaglia anotaron una cifra superior a los 40 goles.

1984: América retiene el título del mejor
Es indudable que el técnico antioqueño Gabriel Ochoa Uribe ejerce notable influencia en el conjunto americano. Tiene, además de sus profundos conocimientos y su inclaudicable espíritu de trabajo, un gran poder de convicción.
Cuando comenzó la serie octagonal el timonel americano no tuvo problemas para manifestar que “mi único favorito para ganar el titulo es el América; porque lo conozco suficientemente”. A medida que se desarrollaron los partidos, se le otorga la razón al entrenador, un verdadero estratega del fútbol.

1985: Un nuevo título
Cuando Alberto Beltrán interpretó al compás en la Sonora Matacera el bolero “aquel 19″, era algo así como un presagio de victoria. El hincha americano volvió a recordar la primera estrella del 79 y se entregó a la esperanza del juego final con el Junior.
Sorprendió el técnico americano con su planteamiento. Salió a atacar con todo y a buscar de paso una victoria que le diera la quinta estrella, empleando dos volantes de creación: Cabañas y Alex Escobar.
Consiguió su objetivo con un gol de Juan Manuel Battaglia en el primer tiempo, con golpe de cabeza, ante una indecisión de la zaga juniorista y la pésima salida del arquero Quiroga. Fue cuando estalló la tribuna y la tarde se tiño de banderas rojas. El gol calmó los ánimos del cuadro rojo, pues a partir del minuto glorioso se quedó futbolísticamente. No fue un juego brillante. Junior hizo crispar los nervios y confundir el sistema americano. Quizá se esperaba mucho mas del onceno escarlata en su ultimo partido. Pero Junior no permitió los lujos que intentaron Cabañas, Alex Escobar y Willington Ortiz, tapando la salida con Gasparini, Cortina y Araujo. Junior tal vez limitó sus movimientos, fue parco en su ataque, apareció muy poco en las dieciocho del América. Castell, Araujo y Carlos Ischia desentonaron en su presentación. Junior no mereció jamás el titulo. Se refugio en su patio marcando y esperando, pues con el 1-0 en contra le era mas que suficiente. No quería salir humillado del Pascual Guerrero y a fe que lo logró.

La Sexta Estrella 1986: No hay dicha completa
Como no hay dicha completa el hexacampeón América debió soportar su primer revés estrenando sus pergaminos logrados este año, ante un Nacional que aprovecho la ventaja de no enfrentarse a todo el plantel titular rojo, consiguiendo una victoria (3-2) que tampoco sirve para disimular la gris campaña cumplida por los verdolagas y que les valió un lugar intermedio en la tabla al termino del certamen que hoy bajó el telón.
El partido se disputó dentro de un impresionante marco rojo con la presencia de la belleza de la mujer vallecaucana, revista gimnástica y despliegue de juegos artificiales, lo mismo que el ritmo de la salsa que identifica el sentir musical de esta comarca y, claro esta, con el sabor de una buena y alicorada bota.
Los jugadores del Nacional, en gesto de cortesía, saludaron a los campeones cuando estos pasaron en frente suyo dando la vuelta olímpica.

1990 – La Séptima Estrella: Histórico, primeros en todo
No fue un gran partido, es verdad. La tensión era terrible como para permitirse lujos mayores. Pero a estas alturas, mientras las banderas rojas todavía se agitan en las calles, el compromiso de este domingo constituye un detalle puramente anecdótico.
La recuperación de la hegemonía en el fútbol colombiano, la séptima estrella, la felicidad de la vuelta olímpica, todo esta por encima de los noventa minutos jugados en el Campín. Además, el América no rindió examen sobre sus méritos solamente ante Santa Fe. Lo hizo a lo largo de todo el año, con unas estadísticas que invitan a quitarse el sombrero: el mejor ataque, la mejor defensa, los dos máximos goleadores de la temporada, el equipo que más puntos hizo, el que mas gano, el que menos perdió, imposible, pues, pedir mas. Y absolutamente desubicado tratar de encontrar fisuras en una campaña que quedara en la historia, como esos récords que tiene cara de eternos. Lo que ocurre es que, como suele suceder en la competición futbolística, esta vez había que jugar todas las fichas a un solo número: el partido de Bogotá.

1992 – La Octava Estrella: Campeones frente al rival de patio perfecto
Sí, el Cali perdió y después de una fulgurante campaña se quedó sin poder sin poder concretar su objetivo de volver a la Copa Libertadores, a la que no asiste desde 1987.
El Cali luchó hasta el ultimo segundo, pero su esfuerzo no le alcanzó porque desde el primer minuto América fue más rápido y tuvo mejor recuperación del balón, con un excelente trabajo de su medio campo, particularmente de Rincón y lozano, que se agigantaron para hacer rebotes y hacer volumen ofensivo.
El Cali pretendía que América lo atacara, esperándolo, para montar su contragolpe, pero Sotelo y Aredes jugaron muy distanciados, y el eterno ‘terrible rival’ le presionó siempre la salida de balón.

1997 – Los diablos bordaron otra al escudo
Y así fue la tarde del 21 de diciembre de 1997, un día para la historia escarlata, para la conmemoración de una nueva estrella que irá bordada, en adelante, en el corazón de la camiseta americana.
Aquella tarde soleada, Cali se vestía de un sólo color: el del sentimiento rojo. Ese sentimiento que solamente pueden disfrutar los hinchas americanos se aspiraba en cada rincón de la Sultana del Valle, llegaba a las venas y luego se depositaba en los corazones de donde nunca salió, ni saldrá. Esos mismos corazones los cuales esperaron durante un año y medio para poder celebrar en un cántico ensordecedor una estrella, que hace rato ya era roja. Los dirigidos por Luis Augusto “El Chiqui” García, sólo esperaban el inicio del partido y querían demostrar y dejar en la cancha toda esa casta que los caracterizaba.

2000 – Campeón no hay sino uno
El domingo 17 de diciembre del año 2000 se paralizó el país, era la final del fútbol con dos juegos que podían arrojar a cualquiera de los cuatro equipos que jugaban, como campeón del año. El campeón en justicia lo era ya América que fue el equipo mas regular, sacó 13 puntos al segundo en la reclasificación, tuvo la valla menos vencida, fue el equipo más goleador y, el que menos partidos perdió, pero en esto del deporte poco le toca la justicia y mucho al más fuerte, mucho al local y poco al visitante y, se dio la victoria, con algo de angustia, no por falta de confianza en lo nuestro, sino porque podíamos depender de otros resultados, que se dieron también, no podía ser para menos.
No imagino siquiera cuantos hinchas americanos siguieron los encuentros, sumemos a los 45 mil que casi en estado de epilepsia seguían las raudas camisetas rojas en el césped del Pascual, los millones que en toda la geografía de la patria, llenaron con sus gritos esos grandes estadios que son las pequeñas pantallas de televisión. A los que en Queens, Miami, en los suburbios de Los Ángeles, juran que a Barbat no le pasan ni los rayos equis, a los que la diferencia horaria hizo madrugar para ponerse una cinta roja en la frente, para gritar los goles de la mecha y saltar por el gol de Santa Fe, que sólo le puso un poco de picante a nuestro triunfo. Después de la estrella de Belén, esta estrella del América ha sido la más vista en el planetario del fútbol, millones y millones la vieron pasar de barra en barra, de tribuna en tribuna, como para que ilumine los caminos de victoria que vamos a recorrer.

2001 – Con de la Pava América consiguió la Once
Y no podía ser para menos, las sonrisas de los hinchas desde tempranas horas eran de oreja a oreja. América , “la mechita”, se jugaba una vez más un partido de infarto, un enfrentamiento crucial, que de ganarse lograría colocar una estrella más en su escudo y un título más en su historial. Esa noche, era noche de fútbol, de nada más, por lo menos, eso era lo que se respiraba en cada rincón de Cali, no había cabeza para otra cosa que no fuera la final del fútbol colombiano.
Poco a poco las caravanas de hinchas empezaron a desfilar hacia el san fernandino, aquel día, mujeres y hombres sacaron la roja y la portaron con orgullo, con ese orgullo de ser un hincha americano, con esa pasión que atraviesa todas las fronteras para finalmente, dejarlo todo en el pascual, con los aplausos, los saltos y los cánticos que al finalizar dejan sin voz las gargantas de la fanaticada.

2002
¡¡¡América tricampeón!!!
Este coro entonado por todos los jugadores del América, victoriosos el 19 de junio de 2002 en Medellín (siempre en aquel 19) resonará en mí toda la vida. Se sucederán amaneceres y nos cubrirán los ocasos, serán polvo mis huesos, nuevas generaciones de americanos vendrán y no comprenderán la magnitud de esta victoria.
Llegarán nuevos triunfos y amargas derrotas, arribará el olvido como a los ojos llega el sueño, pero yo, que me abracé a los torsos escarlatas de los muchachos eufóricos, yo que canté con ellos con la voz quebrada por la emoción, el eterno bolero de Alberto Beltrán, yo que bebí esa noche todas las botellas irrespetando la fragilidad de mi averiado hígado, yo no podré olvidar jamás esos momentos ni esas voces.

América 3-1 Medellín: ¡Campeón por 13a vez!
Colombia.com (21/Dic/2008): América de Cali se coronó campeón del Torneo Finalización del fútbol colombiano y alcanzó el título número 13 de su historia, tras superar por 3-1 al Independiente Medellín en el estadio Pascual Guerrero de Cali.
El equipo caleño, dirigido por el colombiano Diego Umaña, remontó un 1-0 en contra con el que comenzó ganando el Independiente Medellín, por intermedio de Diego Álvarez en el minuto 17, para igualar en el 25 con Adrián Ramos, una de las figuras del conjunto campeón y del torneo.